“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.”
— Hebreos 13:5
Qué profunda y real es esta enseñanza, especialmente para quienes crecimos con carencias económicas. “Contentos con lo que tenéis ahora” no es solo una frase, es una lección de vida que muchos entendemos muy bien.
De niños quizás tuvimos un solo par de zapatos para toda ocasión, que cuidábamos como si fueran de oro. Usábamos la misma ropa hasta que nos quedaba pequeña, y luego la pasábamos a nuestros hermanos menores. Aprendimos a comer poquito y a no dejar nada en el plato porque no se podía desperdiciar. Escuchábamos a papá decir: “No tengo plata”, y aunque a veces lloramos o reclamamos por un juguete que nunca llegó, esas experiencias formaron nuestro carácter.
Al crecer, algunos esperábamos que nuestros padres pudieran costearnos la universidad, pero no fue posible. Nos tocó esforzarnos, trabajar duro y confiar en Dios para salir adelante. En cambio, otros tuvieron todas las facilidades, pero no supieron valorar lo recibido y se extraviaron en el camino.
El autor de Hebreos nos da varias exhortaciones para vivir conforme a la voluntad de Dios. Comienza diciendo:
“Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.” Hebreos 13:1–3
Leer estos versículos me lleva a reconocer cuánto ha cuidado Dios de mí. Haya tenido mucho o poco, nunca me faltó su provisión, lo necesario para vivir y llegar hasta aquí. Sobre todo, recibí su amor. Él nunca me desamparó, nunca me dejó, y sé que seguirá cumpliendo su promesa.
Más importante que mirar lo que nos falta, es agradecer por lo que tenemos: su presencia, sus promesas y la esperanza de la vida eterna.
Nuestro Dios no solo es proveedor de nuestras necesidades materiales; Él nos da paz, gozo, perdón, redención y una nueva vida en Cristo.
Vivamos agradecidos y contentos con lo que tenemos. Busquemos primeramente el reino de Dios y su justicia, que todo lo demás vendrá por añadidura. Hagamos todo con amor y con un corazón dispuesto a ayudar al que tiene necesidad.
Que tengas un bendecido día.
Mariaelena Cruz Castro










