“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.”
Deuteronomio 28:1-2
“»Si obedecen a Dios en todo, él cumplirá su promesa y ustedes serán su pueblo especial.” Deuteronomio 28:9
Los textos que acaba de leer forman parte de las “bendiciones de la obediencia” si lee todo el capítulo 28 se dará cuenta que se menciona las bendiciones de la obediencia y también las maldiciones para quienes desobedecen. Todas estas palabras fueron dichas por Moisés dirigidas hacia el pueblo de Israel “el pueblo de Dios “ , y me surge la pregunta si era el pueblo de Dios entonces porque insistir en recordarles lo que pasaría si obedecen o desobedecen? Sin duda alguna porque aquel pueblo al igual que nosotros eran seres humanos y olvidamos que es Dios el que nos provee de absolutamente todo.
Le recomiendo que lea el libro de Deuteronomio y conozca cómo reaccionaba el pueblo de Dios ante determinadas circunstancias a pesar de que eran guiados por Dios.
Si bien este texto está en el antiguo testamento no son instrucciones que han caducado sino muy por el contrario están vigentes. Sabe cuántas veces se menciona la palabra obediencia en la biblia? No lo sé! Pero si se que Dios quiere nuestra obediencia y precisamente ese es el mensaje de Cristo en la Cruz Obediencia.
Entonces la pregunta surge como soy obediente a Dios? Creo que la palabra obediencia podemos traducirla por “conocer, porque por naturaleza solemos obedecer porque conocemos a quien está dando la orden, sabemos cómo es, su carácter, su poder, su bondad, su justicia, etc y así decidimos obedecer, y en la vida espiritual sucede lo mismo debemos conocer a Quien nos da los mandamientos, de nada nos servirá solo ser obedientes porque queremos conseguir las bendiciones ! Primero porque no nos gozaremos en el proceso y segundo porque no nacerá de nuestro corazón sino de nuestro interés por alcanzar algo y nos cansaremos, y sucederá lo más común, “alcanzamos lo que queremos y dejamos de seguir sus instrucciones y volvemos a nuestra antigua manera de vivir”.
La obediencia brota de un corazón que conoce íntimamente a su creador, que anhela pasar tiempo a solas meditando en su palabra y entendiendo los propósitos de Dios para su vida, ahí nace la obediencia al poner en práctica en la vida diaria los principios que Dios nos da a través de su palabra. Sin ningún esfuerzo, sí con un corazón humillado reconociendo su majestuosidad y poder.
Dios no puede ser burlado y El conoce las intenciones de nuestro corazón entonces no nos preocupemos por ser solo “obedientes” sino que enfoquémonos en anhelar conocerlo con toda nuestra alma, corazón y mente, no siguiendo lo que los demás hacen o dicen sino siguiendo sus instrucciones, relacionándome con quienes lo conocen, saturando nuestro ambiente con su palabra y no dejando de congregarnos.
Que tenga un bendecido día !
Mariaelena Cruz
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