
Estás bien podrían ser nuestra palabras ya que en algún momento antes de conocer al Señor andábamos descarriadas, pero ahora obedecemos sus palabras. El obedecer la palabra del Señor implica soportar dolor, insultos y hasta humillación, pero debemos entender y hacer cómo el salmista, cumplir los preceptos del Señor con todo el Corazón y valorar sus enseñanzas que son mejor que millares de monedas de oro y plata.
Clamar al Señor en medio de nuestro dolor o desesperación y confiar que El está en control nos permitirá ver que cada situación difícil tiene un propósito en nuestra vida y siempre nos enseñará y aprenderemos algo de parte de Dios. Como reconoce el Salmista “me hizo bien ser afligido” , y así mismo podemos hacerlo nosotras, no dejemos que nuestras circunstancias nos debiliten, ni que nos intimiden, porque Nuestro Dios es el todopoderoso y obra a favor de quienes con todo el corazón le busca y obedecen su palabra. La pregunta es amo al Señor con todo mi corazón y obedezco su palabra? Si su respuesta es Si, Gloria a Dios pero si su respuesta es no, Gloria a Dios también porque puede reconocerlo y hoy puede comenzar a obedecerlo. Que tenga un bendecido día
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