“Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos.
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.” Salmos 90:10, 12
En días como hoy cuando una tormenta de nieve está en vigencia, miro a través de la ventana y veo todo paralizado, vienen a mi mente los años de mi niñez jugando en el campo en días completamente soleados y ciudades donde nunca nieva, entonces pienso, que rápido paso el tiempo, y no me di cuenta!!
Que bueno sería que cada uno de nosotros fuera realmente consciente de lo fugaz de nuestros días, imagino que amaríamos mucho más y nos quejaríamos o renegaríamos menos, porque como nos recuerda el versículo de hoy, “ los años pronto pasan y volamos”!!!
No se usted, pero yo siento que los días son más cortos, y desde que cumplí quince años (hace poco por cierto) los días pasaban más rápido y probablemente una explicación lógica sería que antes de los quince años no tenía tantas responsabilidades y el tiempo pasaba lento. Lo cierto es que no valoraba mis días porque no conocía a Dios y su palabra. Hoy los días tienen sentido en mi vida, cada amanecer es una nueva oportunidad para vivir como Dios quiere que viva, abrir mis ojos cada mañana es una bendición porque tengo un día más para corregir errores, un día más para dar sin esperar recibir, un dia mas para amar, un día más para agradecer.
No hay duda alguna que mis días tienen sentido, ahora lo entiendo porque se que Dios lo preparo todo de antemano desde antes de la fundación del mundo.
No hay duda alguna que mis días tienen sentido, ahora lo entiendo porque se que Dios lo preparo todo de antemano desde antes de la fundación del mundo.
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