“Aquella noche Dios se presentó a Salomón y le dijo: ―¡Pídeme cualquier cosa, y te la daré! Salomón contestó: ―¡ Señor, tú fuiste bondadoso y bueno con mi padre David, y ahora me has dado el reino! Sólo una cosa puedo pedir, ya que has cumplido la promesa hecha a David mi padre y me has hecho rey sobre una nación tan numerosa como el polvo de la tierra. Te suplico que me des sabiduría e inteligencia para gobernar correctamente, porque ¿quién sería capaz de gobernar por sí mismo a una nación tan grande como este pueblo tuyo? Dios le respondió: ―Por cuanto tu más grande anhelo es ayudar a tu pueblo, y no has pedido riqueza personal ni honores, ni me has pedido que maldiga a tus enemigos, ni has solicitado una larga vida, sino que has pedido sabiduría y conocimiento para guiar a mi pueblo en forma adecuada, ¡te doy la sabiduría y el conocimiento que has pedido! ¡Y también te daré riquezas, bienes y honores como ningún rey antes de ti los ha tenido! ¡Jamás habrá otro rey tan grande en todo el mundo!” 2 Crónicas 1:7-12
Que le pediríamos a Dios si lo tuviéramos frente a nosotros y nos da la oportunidad de pedir lo que queramos ? Seguro pediríamos lo que más nos falte, quizás un bebé sino lo tenemos, o tal vez salud o la sanación de algún familiar etc, etc cada uno de nosotros tiene una realidad diferente y necesidades diferentes y no es malo pedirle a Dios lo que necesitamos.
Si lee la historia del Rey Salomón se dará cuenta que El rey conocía a Dios porque su padre David se lo había enseñado. Y no quería dirigir al pueblo de acuerdo a lo que el pensaba, sino ser guiado por Dios.
Ninguna de nosotras somos reyes dirigiendo una nación, pero como mujeres que hemos traído al mundo hijos que el Señor nos dio, Y tenemos la responsabilidad de guiarlos cuando son niños para que cuando sean grandes no se pierdan, tenemos un esposo al cual debemos de apoyar incondicionalmente cuando es dirigido por Dios, o guiarlos al conocimiento de Dios sino creen en El, también somos abuelas que debemos marcar la diferencia y transmitir nuestra fe, o somos amigas de mujeres maltratadas y débiles a las cuales debemos transmitir nuestra fe, y nuestra pregunta es cómo voy hacer eso? pero,tenemos una lista de obstáculos que nos impiden hacer lo que hizo Salomón, el siendo rey, era consciente del poder de Dios, mantenía una comunicación con Él y buscaba su guía, pidió sabiduría e inteligencia lo mismo que necesitamos para cumplir con todos nuestros roles.
Sabiduría es el temor a Dios, y el conocimiento de su palabra para aplicarla a nuestras vidas. La inteligencia es la facultad de nuestra mente que nos permite razonar, analizar, pensar, formarnos una idea de la realidad y tomar decisiones no guiadas por sentimientos.
Creo que sea cual sea nuestra situación sin duda alguna nos hará falta sabiduría e inteligencia, entonces, pidámosle a Dios como nos lo dice también Jesús “Si permanecen en mi y mis palabras permanecen en vosotros, pidan lo que quieran y os será hecho” Juan 15:7 y Santiago 1:6-7 Nos recuerda “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. Conozcamos a Dios a través de su palabra, tengamos una intimidad con el, y pidamos Sabiduría e inteligencia.
Bendecido día
Mariaelena Cruz
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