«Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios; Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; Se volvieron como arco engañoso. Le enojaron con sus lugares altos, Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla. Lo oyó Dios y se enojó, Y en gran manera aborreció a Israel.» Salmos 78:56-59
Leo este pasaje y me pareciera leer sobre algunas personas que en la actualidad tientan a Dios, no guardan sus testimonio y se rebelan contra sus padres, pero no solo eso sino que enojan a Dios !! Pero Sabe? Es fácil ver lo que los demás hacen y señalarlos, ver nuestros propios errores es muy difícil, por eso es necesario que diariamente decidamos pasar un tiempo a solas con Dios y como hoy, ver si nosotros
No estamos haciendo lo mismo que en aquella época hizo el pueblo de Israel, por ejemplo podríamos preguntarnos si estamos guardando los testimonios de Dios estamos siendo obedientes? Comenzando por “amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón con toda tu alma y con toda tu mente” podemos decir que es así ? !!!
Le siguieron que lea el capítulo completo del salmo 78 y que lo lea detenidamente quizás comparando las actitudes del pueblo de Israel con las que usted tiene frente a determinadas situaciones. Déjeme decirle por ejemplo que cuando leo la siguiente porción me avergüenzo de mi misma, porque han habido ocasiones en las que he reaccionado como lo hizo el pueblo de Israel, leamos “Dividió el mar y los hizo pasar; Detuvo las aguas como en un montón. Les guió de día con nube, Y toda la noche con resplandor de fuego. Hendió las peñas en el desierto, Y les dio a beber como de grandes abismos, Pues sacó de la peña corrientes, E hizo descender aguas como ríos. Pero aún volvieron a pecar contra él, Rebelándose contra el Altísimo en el desierto; Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto.” Salmos 78:13-18 He pasado “desiertos” en mi vida pero he visto cómo Dios saciaba mi sed y envíaba provisión de donde yo menos imaginaba, he sentido su protección en medio de la angustia y cuando he pasado todo eso me he olvido de su ayuda y le he pedido a Dios no por su voluntad en mi vida sino por lo que yo quería y consideraba era lo mejor. Que tristeza, una y otra vez “su pueblo” no confía en El y hace las cosas a su manera a pesar de reconocer su grandeza y poder. Usted y yo somos parte de ese pueblo, el nos rescató de la exclavitud donde nos encontrábamos y nos esta llevando a la tierra prometida, aprendamos de los errores del pueblo de aquel entonces, cuidemos de hacer lo que dice la palabra del Señor, evitemos enojar al Señor y sobretodo no olvidemos que El es Dios. Que tenga bendecido día.
Mariaelena Cruz